Durante los años 1974 y 1975, Marruecos ejerció mayor presión sobre España para que le cediera el Sahara Español, y el propio monarca promovió en octubre de ese último año la denominada Marcha Verde. Por los Acuerdos de Madrid (noviembre de 1975) los españoles se retiraron del territorio al año siguiente y cedieron los dos tercios septentrionales de la colonia a Marruecos, mientras que Mauritania recibió el tercio meridional.
Esta ocupación del territorio, rico en fosfatos, fue disputada por el Frente Polisario, un movimiento nacionalista saharaui que pretendía el establecimiento de un Estado independiente en el Sahara Occidental. En 1979, Mauritania cedió el territorio que ocupó en 1975 a Marruecos. Afrontando la oposición internacional, el rey Hasan II envió tropas adicionales y recursos materiales para intentar proteger las minas de fosfatos y las principales ciudades del hostigamiento del Frente Polisario.
En 1984 Marruecos abandonó la Organización para la Unidad Africana (OUA) en protesta contra el ingreso en la misma de la delegación saharaui. Los intentos de Naciones Unidas por mediar en la disputa se mantuvieron a lo largo de las décadas de 1980 y 1990; en 1988 un plan de paz fracasó por el desacuerdo en los términos en que se debería celebrar un referéndum sobre el futuro del Sahara Occidental. Marruecos envió tropas en 1990 para proteger a Arabia Saudí de la concentración de tropas iraquíes en Kuwait, pero las tropas de Marruecos no intervinieron de forma directa en la guerra del Golfo Pérsico.
Los distritos electorales del Sahara Occidental fueron incluidos en las elecciones locales de 1992, tras las que el rey Hasan II promulgó una nueva Constitución, aprobada por abrumadora mayoría en septiembre; la coalición de los partidos de centro derecha obtuvo la mayor parte de los votos en las elecciones legislativas de 1993. Ninguna de las formaciones del espectro político marroquí demostró ser capaz de formar gobierno y en noviembre de 1993 el rey Hasan II nombró un gabinete de tecnócratas e independientes. El monarca sustituyó este gabinete con otro elegido parcialmente en febrero de 1995, en el que formaban parte algunos representantes de los partidos mayoritarios derechistas.
En septiembre de 1997, representantes de Marruecos y el Frente Polisario, con la mediación del diplomático estadounidense James Addison Baker, acordaron celebrar un referéndum para dirimir el futuro de la antigua provincia española. Esta consulta, sin embargo ha sido pospuesta en numerosas ocasiones debido a la falta de entendimiento respecto a cuál debe ser el número de votantes y la procedencia de los mismos.
En los meses de noviembre y diciembre se celebraron elecciones para cubrir los escaños de las nuevas cámaras legislativas establecidas por la Constitución de 1997. Las elecciones fueron contempladas como una auténtica prueba para valorar si la democratización del país era real. Se presentaron Wifak, Kutla, Reagrupación Nacional de Independientes (desgajada de Wifak) y el islamista Reforma y Renovación. Si bien en las elecciones de noviembre para la cámara alta ganó la coalición opositora de izquierdas, en los comicios al Senado, celebrados al mes siguiente, triunfó por mayoría aplastante el bloque de centro y el de derecha. "Marruecos," © Escrito por Emmanuel BUCHOT y Encarta.
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